El jefe del equipo Aston Martin, "sorprendido" por los juegos políticos en la Fórmula 1

Krack comenzó su carrera en el automovilismo en 1998 como ingeniero de pruebas en BMW, antes de pasar a Sauber en 2001 como analista de datos. Allí ascendió hasta convertirse en ingeniero de carrera de Felipe Massa y, finalmente, en ingeniero jefe. En 2009, dejó el equipo y con él el deporte, seguido de una temporada en la Fórmula 3 y más tarde en el DTM.

En los años siguientes, supervisó los programas de Fórmula E, IMSA y GT de BMW Motorsport, entre otros, y atrajo el interés del propietario de Aston Martin, Lawrence Stroll. En 2022, se unió a la escudería británica como jefe de equipo tras la marcha de Otmar Szafnauer a Alpine.

Sin embargo, en su regreso a la categoría reina del automovilismo, Krack dice que le sorprendieron los juegos políticos entre bastidores. "Me ha sorprendidoque en la Fórmula 1 se informe de todos los detalles, por pequeños que sean, y con qué frecuencia se utilizan los medios de comunicación para jugar a la política", dijo el luxemburgués en conversación con Sport1.

A Krack no le gustan los juegos

Como ejemplo, citó el acuerdo para aumentar el límite presupuestario debido a la inflación. Hubo un acuerdo unánime, pero después no todo el mundo resultó estar del todo contento. "Un jefe de equipo corrió a los medios de comunicación inmediatamente después y se lamentó de que el aumento no fuera lo suficientemente alto", continúa Krack su relato.

Con ello parece referirse al jefe del equipo Red Bull Racing , Christian Horner. Argumentó que el aumento no era suficiente para los equipos punteros, pero sí demasiado para los más pequeños, por lo que había que llegar a un compromiso.

El jefe del equipo Mercedes , Toto Wolff, tampoco parecía reacio a utilizar su influencia política en 2022: al insistir en que el porpoising planteaba riesgos para la salud, consiguió forzar cambios en las normas de la FIA para contrarrestar el problema.

Krack dice que prefiere no involucrarse en esos juegos políticos. "Prefiero hablar del deporte. A los aficionados les interesan los tiempos por vuelta, no tanto los presupuestos o los chasis demasiado flexibles. Pero quizá yo no sea lo bastante político. Una cosa es cierta: tampoco hay que sobrevalorar todo esto y mantener siempre la calma".