Coulthard habla de los puntos fuertes de Horner: "Nunca dudé de él"

Tras una carrera poco eficaz como piloto en la Fórmula 3000 (predecesora de la actual Fórmula 2), Horner decidió centrarse por completo en la dirección de su propio equipo, Arden, a partir de 1999. Como jefe de equipo, Horner consiguió ganar dos veces el título de pilotos y tres veces el de constructores. Con ello, se había ganado el suficiente protagonismo como para cambiar al equipo recién creado, llamado Red Bull Racing en 2005, donde tuvo a Coulthard como piloto.

Aunque Coulthard era dos años mayor que Horner y ya tenía una impresionante carrera en la Fórmula 1 a sus espaldas, enseguida congenió bien con su nuevo jefe de equipo. "La realidad es que Christian es un piloto de carreras", explica Coulthard. "Hemos ascendido a través del sistema británico de karting, así que conocía a Christian. Ver que Christian era una especie de paracaídas como nuevo director del equipo, no me preocupaba en absoluto. Necesitas en un líder a alguien que entienda la dinámica de las carreras. No tenía ninguna duda de que Christian tenía la capacidad de gestión necesaria para dirigir el equipo".

Horner da margen para la relajación y el disfrute

Además del historial de Horner como piloto, Coulthard dice que hay algo más que hace de Horner un jefe de equipo tan exitoso. "Sus dotes humanas", dice el escocés sin dudarlo. "Christian es un hombre agradable. Sabes exactamente a qué atenerte con él. Sabes lo que espera y sabes cuándo lo espera, pero también tiene sentido del humor y es compasivo, lo que significa que no estamos trabajando todo el tiempo. Hay un momento para relajarse, hay un momento para reflexionar, hay un momento para celebrar".