Red Bull se aleja de la visión de Mateschitz
Column
- Ludo van Denderen
Cuando Dietrich Mateschitz decidió en su día dar el salto a la Fórmula 1, el copropietario de Red Bull GmbH lo hizo con una visión bien definida. Su equipo tenía que ser diferente de la competencia; un equipo con una imagen rebelde, pero con ambiciones por las nubes. Por encima de todo, el énfasis debía ponerse en el desarrollo del talento. La prórroga del contrato de Sergio Pérez demuestra que poco queda de esto último. Al mantener al mexicano más tiempo, la actual dirección de Red Bull Racing está negando lo que el equipo representó en su día bajo el mandato de Mateschitz, fallecido en 2022.
Afortunadamente, aún pudo presenciarlo, aunque su enfermedad ya limitaba considerablemente a Mateschitz. El primer título mundial de Max Verstappen fue algo que el multimillonario austriaco disfrutó a lo grande: un piloto formado en Red Bull, que se había unido al equipo a una edad extremadamente temprana, creciendo hasta convertirse en una estrella absoluta. Que Verstappen venciera a Hamilton en Abu Dhabi '21 y se proclamara campeón debió de ser una prueba para Mateschitz de que su visión era la correcta.
Pérez como opción de transición en Red Bull
Sergio Pérez también era entonces el número dos de su equipo. Un "hueco" en realidad, ya que apenas había alternativas que poner junto a Verstappen en la media temporada anterior. Un año, dos a lo sumo. Entonces Red Bull seguramente recurriría a lo que tanto éxito le había dado, que era trasladar un talento interno a la escudería matriz desde Toro Rosso/AlphaTauri.
Mientras tanto, Pérez está en su cuarta temporada en Red Bull y -se hizo oficial el martes- se añadirán dos años más. En lugar de dejar que perdure la visión original de Mateschitz, el director del equipo, Christian Horner, se aferra a un veterano (34 años), que amigos y enemigos coinciden en que no es un campeón del mundo. En el mejor de los casos, un subcampeón. Y lo que es aún más triste, existe la posibilidad de que el también veterano Daniel Ricciardo (34 años), se quede también en lo que antes era el equipo de formación de Red Bull, durante al menos un año.
¿No hay talentos en Red Bull?
¿No había talento disponible en el Red Bull Junior Team para relevar a Pérez? Por supuesto que lo había, Yuki Tsunoda habría merecido una oportunidad, habiendo mejorado año tras año. ¿Y qué hay de Liam Lawson, el neozelandés que causó una gran impresión durante algunas sustituciones en el 23?
Por supuesto, poner a Tsunoda o a Lawson en el Red Bull no habría estado exento de riesgos. En el pasado, muchos jóvenes pilotos sucumbieron a la presión desmedida. Promover a uno de los dos, por otra parte, habría encajado exactamente en lo que Mateschitz defendió en su día: asumir riesgos, querer ser diferente. En cierto modo, retener a Pérez también es un riesgo, pero no de la forma que Mateschitz hubiera querido.