Se agudiza la crisis en Red Bull Racing, pero también hubo un (pequeño) punto positivo

En pocas palabras: Dentro de Red Bull Racing, ciertas personas -no quiso dar nombres- tienen que despertar, porque las cosas van en la dirección completamente equivocada. Según Verstappen, incluso el cuarto campeonato de pilotos, que se veía venir desde hace tiempo, está ahora en peligro: "Sí, estoy trabajando en ello, sí", antes de decir: "Sí, por supuesto, estoy frustrado y no estoy contento con cómo van las cosas. Por supuesto, también sé que podrían ser otras 12 largas carreras".

Todo el mundo sabe que Max Verstappen es un perfeccionista. Max nunca está completamente satisfecho. Y sí, en las últimas semanas había estado afirmando regularmente que era necesario introducir actualizaciones que funcionaran, aunque siguió ganando sus Grandes Premios. Con el completo paquete de actualizaciones introducido en Hungría este fin de semana, Red Bull tenía esperanzas -incluso expectativas- de que se pudiera frenar el avance de McLaren y Verstappen pudiera llegar a las carreras con un coche mejor.

Verstappen ya había advertido a Red Bull

Helmut Marko, asesor externo de Red Bull, seguía diciendo el viernes que todo funcionaba según lo previsto y que su equipo volvía a tener el coche más rápido de la parrilla. Pues no fue así. Verstappen no pudo acercarse a Lando Norris en la calificación y, además, esta vez a Oscar Piastri. "Ya dije ayer que no era lo óptimo", explicó Verstappen, más frustrado que en otras ocasiones esta temporada. "Porque esperaba que hubiera rendido un poco más", dice, y eso no presagia nada bueno para la carrera. "Creo que también parecían muy fuertes en la carrera larga. Por supuesto, lo han sido en las últimas carreras. Tampoco nos veo de repente más fuertes ahí".

La temporada de Red Bull empieza a ser cada vez más desastrosa; McLaren representa una amenaza cada vez más seria para Verstappen (y parece ser el equipo a batir en Hungría), el RB20 no mejora y, oh sí, luego está ese preocupante niño en el otro asiento. Justo en un fin de semana en el que Sergio Pérez no puede permitirse otro fallo, estrelló su coche en la curva ocho en la Q1. Sólo tras un prolongado periodo de autorreflexión, el atribulado mexicano se dirigió a los medios de comunicación.

Pérez no se rinde

Se convirtió en una conversación llena de autoinculpación y responsabilidad; sobre cómo había perdido el coche, sobre cómo había defraudado a su equipo, sobre el dolor que le había causado. Cualquiera que observara a Pérez veía a un hombre que parece estar llegando lentamente al final de su cuerda. La diversión -siempre lo más importante en tu trabajo- parece que ya no la tiene. "Yo no diría diversión, diría un reto", respondió cuando le preguntó GPblog si seguía disfrutando de la F1.

"Mentalmente es muy duro y lo más fácil sería abandonar después de la carrera que he tenido, simplemente decir que ya ha sido suficiente, pero no es lo que quiero enseñar a mis hijos. No es el carácter que quiero mostrar". Sin embargo, su lenguaje corporal decía algo muy distinto.

Marko puso la nota positiva de Red Bull

En la pista, puede que no todo quiera salir bien, pero también hubo algo positivo de lo que informar el sábado en Hungría. A saber, Helmut Marko cambió su contrato con Red Bull, eliminando la llamada cláusula Verstappen (Helmut fuera, luego Max también). En otras palabras: En principio, Verstappen puede cambiar de equipo con menos facilidad. Por otro lado, esto es y sigue siendo la Fórmula 1. Si Verstappen quiere irse, se irá. Y lo bueno que sea el coche de Red Bull influirá sin duda en esa elección. Por el momento, la respuesta a esa pregunta está bastante clara.