Norris carece del 'instinto asesino' de Verstappen y Hamilton

Column

Norris carece del instinto asesino de Verstappen y Hamilton
22 de julio en 14:00
  • Tim Kraaij

Lando Norris fue el jugador de equipo ideal para McLaren en Hungría, pero demostró una vez más que carece de la verdadera mentalidad ganadora de un múltiple campeón del mundo.

En McLaren estaban agradecidos con Lando Norris. El británico había demostrado ser un digno jugador de equipo al dejar pasar a Oscar Piastri en los últimos compases del GP de Hungría, dándole la victoria. Aunque controvertido. Al fin y al cabo, Norris no había hecho nada malo. Había obedecido al muro de boxes cuando tenía que entrar en boxes y había pilotado dos grandes stints. El hecho de que estuviera por delante de Piastri no era culpa de Norris.

Sin embargo, Norris cedió debido a las palabras del muro de boxes de McLaren. Su ingeniero de carrera insistió repetidamente en que Norris perdería el apoyo del equipo si no acataba la orden. Piastri había hecho mucho por él en el pasado. Ahora le tocaba a Norris devolverle algo.

Por qué Norris aún no está al nivel de Verstappen

Las palabras bastaron para que Norris cediera. McLaren nunca debería haberle puesto en esta situación, pero también dice algo de Norris. Sí, es admirable que sea el "jugador de equipo" en una situación así y renuncie a la victoria, pero también se puede enfocar de otra manera. A saber, Norris simplemente carece del instinto asesino que tanto ha caracterizado a los grandes campeones.

Porque si le hubieras planteado esta situación a Max Verstappen, Lewis Hamilton, Fernando Alonso o Michael Schumacher, ninguno de ellos habría renunciado a la posición. Para el mundo exterior, por tanto, esos pilotos son vistos a menudo como egoístas, pero hay que serlo. La F1 es en parte un deporte de equipo, pero también un deporte individual cuando se trata de un campeonato de pilotos. En ese campeonato, Norris ha cedido ahora siete puntos.

Tras el Gran Premio de Hungría, Verstappen fue retratado como un hombre enfadado y un niño mimado, con todos sus "lloriqueos" por la radio del equipo. A Hamilton se le reprochaba lo mismo si seguía quejándose de una sensación extraña en el coche en la cabeza de carrera. Ese perfeccionismo y ese querer hacerlo todo para ganar, cueste lo que cueste, es lo que hace que ellos sean múltiples campeones del mundo, y Norris no lo sea (todavía).