Montoya reflexiona: "Hoy en día me echarían de la F1 rápidamente"
- Ludo van Denderen
Las personas que están siendo guiadas por el paddock de la F1 esta mañana escuchan y recuerdan cada palabra. Juan Pablo Montoya tampoco es un guía turístico al uso: de 2001 a 2006, el colombiano corrió 95 Grandes Premios, de los que ganó siete. Como mínimo, Montoya fue un jugador importante en sus días de F1 -y en realidad lo sigue siendo después- que nunca tenía pelos en la lengua y que habitualmente la tomaba con los demás.
Éstas son las historias que a los aficionados a la Fórmula 1 les encanta oír, y a Montoya le encanta contarlas. En muchas carreras de estos días, el colombiano trabaja como guía, y entonces recuerda las anécdotas. "Hay muchas", se rió Montoya más tarde, sentado en el camión del equipo de Fórmula 3 Campos Racing, hablando con GPblog. Su hijo, Sebastián (19) pilota actualmente para ese equipo. "Bueno, [correr] es divertido. Ya estamos aquí, así que es muy fácil hacerlo".
Montoya, el enfant terrible de la Fórmula 1
Tomemos como ejemplo el Gran Premio de Mónaco de 2005, una carrera en la que Montoya tuvo que salir desde la parte trasera por conducción antideportiva y peligrosa. En la calificación condujo mucho, mucho más despacio de lo necesario y frenó unos 180 metros antes, después de Beau Rivage. Como resultado, Jacques Villeneuve, que estaba en una vuelta rápida, se asustó por Montoya y chocó contra la parte trasera del coche de David Coulthard, que a su vez ya no pudo evitar a Ralf Schumacher. Por lo tanto, Beau Rivage se convirtió de repente en Beau Ravage.
En los tiempos actuales, incidentes como el de Mónaco, combinados con su franca forma de comunicarse, ya no serían aceptados en la Fórmula 1. "Me expulsarían del deporte muy rápidamente", ríe Montoya inmediatamente cuando se le pregunta por su comportamiento en aquella época. "Con lo que crecimos era muy diferente. No era yo, era todo el mundo. Era un deporte muy cultural, y ahora es un poco diferente".
Montoya hace tiempo que no es piloto -aparte de algún cameo ocasional-, pero sigue llevando la Fórmula 1 en la sangre. Si no está allí como guía, da regularmente su opinión sin ambages como analista. Igual que hizo en el pasado. "Eso no ha cambiado realmente", vuelve a reír Montoya.