El secreto del éxito de Red Bull y por qué Ferrari puede aprender de él

Horner es el jefe de equipo que más tiempo lleva en la parrilla de la Fórmula 1. La temporada 2022 fue la decimoctava del británico como jefe de Red Bull. Nombrado jefe de Red Bull en enero de 2005, Horner se convirtió en el jefe de equipo más joven de la época. No sólo se consiguieron buenos resultados de inmediato, sino que Horner también desempeñó un papel clave en la contratación de Adrian Newey como jefe técnico.

Red Bull no consiguió más de tres séptimos puestos y un quinto en el campeonato de constructores en sus cuatro primeras temporadas, pero Horner no fue despedido. El equipo confió en el proceso hacia la cima y fue recompensado por ello. En su sexto año como jefe de equipo, Red Bull consiguió ganar el título de constructores con Sebastian Vettel y Mark Webber. Siguieron otros tres años dominantes como campeones del mundo de F1.

Horner se queda a pesar de los mediocres resultados

Tras cuatro títulos mundiales consecutivos, las cosas fueron desgraciadamente cuesta abajo para Red Bull. Tras la introducción de la era híbrida en 2014, quedó claro que la escudería austriaca ya no era la fuerza dominante en la F1. En las siete temporadas siguientes, Red Bull tuvo que ver cómo Mercedes ganaba título tras título mundial. La propia Red Bull tuvo muchos problemas de fiabilidad y, entre 2017 y 2019, el equipo tuvo que conformarse con el tercer puesto en el campeonato de constructores.

Sin embargo, apenas surgieron rumores sobre una posible dimisión de Horner. Aunque Red Bull no estaba donde quería estar, el equipo no perdió la fe en su jefe de equipo. Al final, esto resultó favorable, ya que Red Bull consiguió ganar otro título con Max Verstappen en 2021. También al año siguiente, el equipo demostró ser dominante y ganó su primer título de constructores desde 2013.

Red Bull muestra confianza en sus empleados

Bajo su liderazgo, Horner ha construido un equipo con un ambiente excelente. Red Bull siempre intenta sacar lo mejor de todos los miembros del equipo y, aunque la fiabilidad del coche no siempre ha sido óptima (en parte gracias al motor Renault), Red Bull siempre ha acertado con la estrategia. La cooperación es excelente, tanto entre los ingenieros como entre los pilotos.

Después de Horner, Franz Tost es el jefe de equipo que más tiempo lleva en la F1, en el antiguo Toro Rosso y ahora AlphaTauri, el equipo hermano de Red Bull. El equipo ya ha formado a muchos talentos, siendo Verstappen y Vettel los que más éxitos han cosechado. Está claro que ambos equipos comparten el mismo enfoque. En AlphaTauri, quizá haya menos presión sobre el rendimiento del coche, ya que el equipo hermano está diseñado principalmente para dar a los jóvenes de Red Bull experiencia en la máxima categoría del automovilismo. Sin embargo, el papel de Tost demuestra una vez más que los malos resultados no exigen el despido inmediato del jefe de equipo.

Tener un jefe de equipo a largo plazo, junto con otros habituales en puestos clave (piensa en Newey y Helmut Marko), crea seguridad en el equipo. Los empleados saben que el equipo confía en ellos y que no se les despedirá sin más cuando las cosas se pongan difíciles. Esto crea un ambiente de equipo sano en el que (casi) el mismo grupo de personas trabajan juntas por el mismo objetivo.

Así que Ferrari puede aprender algo de la organización de Red Bull. Stefano Domenicali, Marco Mattiacci, Maurizio Arrivabene y ahora Mattia Binotto, los cuatro hombres no consiguieron ganarse la confianza de Ferrari. La sequía de títulos de los italianos dura desde 2008. Si el equipo quiere volver a encontrar el éxito en este deporte, muchas cosas tendrán que cambiar en Maranello.

Se está ejerciendo mucha presión sobre los empleados, ya que Ferrari envía el mensaje de que los resultados pobres o mediocres serán castigados inmediatamente con el despido. Si Ferrari se centrara por una vez en el largo plazo, la escudería podría crear un ambiente de confianza como el de Red Bull. El nuevo jefe de equipo de Ferrari también sentirá mucha presión sobre sus hombros desde el principio tras la rápida marcha de sus predecesores. Los errores ocurren en todos los equipos, pero todo depende de cómo se afronten.