Análisis | Duelo entre Alonso y Stroll en Aston Martin
- Norberto Mujica
Desde el inicio de la temporada el canadiense, Lance Stroll, ha sido decididamente más lento que su compañero de equipo, Fernando Alonso. Mientras que el español ha cosechado podios y una gran cantidad de puntos para Aston Martin, Stroll no ha podido robarles puntos a Mercedes y Ferrari, los principales rivales de la escuadra basada en Silverstone.
Desde el Gran Premio de Baréin la diferencia entre Alonso y Stroll ha sido muy amplia. Demasiado se podría decir. Stroll, bajo condiciones normales de carrera ha acabado con deltas significativos por detrás de su compañero de equipo que van desde los +15.865s que le sacó el asturiano en Baréin hasta los +54.832s que los separó en el Gran Premio de Canadá.
Juzgar los márgenes entre ambos en las tres primeras carreras de la temporada puede ser complicado. El canadiense corrió con ambas muñecas fracturadas en el circuito de Sakhir, tuvo un abandono mecánico en Jeddah y la carrera de Albert Park terminó bajo coche de seguridad. Sin embargo, irónicamente, la brecha más pequeña se experimentó en Baréin, cuando Stroll estaba lesionado.
Es cuestión de habilidad
Tomando algunas vueltas rápidas de cada piloto en los tres Grandes Premios de Azerbaiyán, Mónaco y Canadá, es posible hacer un balance de las actuaciones de ambos a bordo del AMR23. Solo se tomaron en cuenta estos Grandes Premios porque en estas carreras se vió una paridad de condiciones lo suficientemente sólida para hacer el análisis.
Estas vueltas rápidas de ambos presentan diferencias significativas en favor del español con deltas que van desde +1.386 segundos en Azerbaiyán, a +1.283 segundos en Mónaco. En Canadá, nuevamente encontramos un delta de una magnitud importante de +0.875 décimas de segundo. Pero, ¿en dónde gana el tiempo Alonso?
El español tiene un estilo versátil y dinámico que le permite conducir como su carrera así lo requiera. En algunas de sus vueltas rápidas frena antes en una curva en particular. En las mismas curvas, en otras vueltas sólo levanta un poco el pie del acelerador, pero no necesariamente para ahorrar combustible. Con esto el español podría buscar ir cambiando el balance del coche de una manera mucho más gentil.
Esto podría también ayudarle a posicionar mejor el coche para entrar en las curvas con un mejor ángulo de ataque, y salir de ellas un poco más recto con el fin de tener una mejor salida al poder aplicar la potencia antes. Este estilo de conducción es más geométrico y tiende a ser más gentil con las llantas.
Pero, en otras vueltas Alonso es capaz de tomar el coche y exprimirle hasta la última décima, lo que muestra la confianza que tiene en su auto y en su propia habilidad para controlarlo.
Stroll no parece tener la autoridad que tiene el español a bordo del AMR23. El canadiense pierde con su compañero de equipo cuando frena más tarde, cuando frena antes, y solo es capaz de superarlo en las rectas. Esto se debe a que Alonso corre con un poco más de carga aerodinámica. Pero, a pesar de que el canadiense llega a superar la velocidad tope de Alonso por hasta 17 kph, no le es suficiente para recuperar todo el tiempo que pierde en las curvas, que es en dónde, inevitablemente, se gana o se pierde la mayoría del tiempo de vuelta.
La consistencia impera en la F1
Alonso tiene una consistencia mecánica. Él es capaz de cronometrar vueltas en tiempos muy cercanos una tras otra. Y aunque Stroll también ostenta un buen nivel de consistencia, simplemente no llega a ser tan precisa ni tan rápida como la del español.
Tomando como ejemplo la carrera de Canadá, en donde el canadiense terminó a +54.832s de Alonso, el español fue más rápido vuelta tras vuelta, inclusive mientras mitigaba un problema que Aston Martin sospechaba que tenía. El español pasó un período de 27 vueltas conduciendo entre los 1:15’s altos y 1:16’s bajos con la excepción de tres vueltas. Stroll giraba en las 1:16’s altos y 1:17’s bajos, llegando a ser entre 0.6 décimas de segundo a casi 2 segundos más lento que el español.
Stroll simplemente no es tan veloz
Con una diferencia media de velocidad de 0,988 kph en favor de Alonso en los 1.535,119 kms que se han corrido esta temporada, resulta imposible negar el dominio del español sobre Stroll. Bajo circunstancias normales la menor diferencia entre ambos ha sido de 0,55 kph, en Baréin.
Pero, desde Azerbaiyán (a excepción de España), esta media no ha bajado del 1,05 kph, llegando a un máximo de 1,88 kph en el Gran Premio de Canadá, en lo que va de la temporada. Esto quiere decir que por cada hora de carrera Alonso le ha sacado desde un kilómetro hasta casi dos, en tres de los últimos cuatro Grandes Premios.
De hecho, Stroll, en el Gran Premio de Miami, tuvo una velocidad media de 208,56 kph, idéntica a la de Yuki Tsunoda en el AlphaTauri, 208,56 kph. En Canadá, apenas pudo igualar la de Alfa Romeo de 192,73 kph y la de McLaren de 192,70 kph. Esta última fue mermada por los cinco segundos que fueron añadidos al tiempo final de carrera de Lando Norris, quién finalizó por delante de Stroll.
El AMR23 es un coche complejo y desafiante aerodinámicamente, y la manera en la que distribuye, usa e interpreta el flujo de aire es verdaderamente fascinante. Sin embargo, solo parece brillar en todo su esplendor en las manos de un enorme Fernando Alonso. ¿Y qué dice el bicampeón del mundo español al respecto?
¿Fernando el bonachón o Fernando el campeón?
A menudo Fernando Alonso se ha mostrado empático con Lance Stroll en los medios diciendo que el canadiense necesita regularidad, tiempo y confianza. Sin embargo, ¿serán estas declaraciones genuinas, o estará intentando el español mantener el status quo actual, consigo mismo como el líder incuestionable de Aston Martin en la búsqueda de su tercer título mundial?